La energía procedente del flujo calorífico de la Tierra, es susceptible de ser aprovechada en forma de energía eléctrica y mecánica.
Es una fuente de energía agotable, aunque por el volumen del almacenamiento y la capacidad de extracción se puede considerar como renovable.
Presenta un impacto ambiental más reducido que otras energías convencionales, y su aplicabilidad depende de la relación entre la facilidad de extracción y de ubicación.
La energía geotérmica de alta temperatura nos permite generar electricidad, ya sea por vapor directo, si la temperatura es suficiente (entre 170 y 200°C) o ya sea a través de la evaporación de un fluido orgánico en caso de que las temperaturas sean menores (de 120 a 170°C).