La radiación llega de forma dispersa y constante a la superficial terrestre.
Se tiene que transformar en el momento que llega en energía térmica o eléctrica que ya no dispone de ningún sistema de almacenamiento eficaz.
Para utilizarla gran escala son necesarios sistemas de captación de gran superficie, en tener baja densidad eléctrica, máximo un kW/m².
Es necesaria la inversión inicial elevada dado que los sistemas de captación son relativamente caros.